#8M NOSOTRAS PARAMOS


Ayer, a fecha de 4 de marzo de 2017, dos mujeres fueron asesinadas por sus parejas en España. Con ellas ya van más de veinte asesinadas en lo que llevamos de 2017. 106 contabilizadas en 2016 (Fuente: Feminicidio)
A nivel institucional, Interior ha realizado un "estudio" donde se afirma que en los asesinatos, el precipitante fue la decisión repentina de separación (Fuente: 20 Minutos). La prueba fehaciente para el Ministerio del Interior es que en el 80% de los casos no había denuncia presentada. 

Ilustración de Artivismo Feminista/ por @pnitas
Ilustración de Artivismo Feminista/ por @pnitas
Objetivamente, esta correlación es irresponsable y es obviar toda una estructura patriarcal de discriminación social en la que esta violencia está normalizada. Es ignorar que la mayoría de mujeres en esta situación están en una situación de vulnerabilidad en la que dependen económicamente de su agresor y están sin trabajo, con hijos (muchas veces también son asesinados para hacer daño a la madre) y acorraladas sin recursos. No puede haber salida si las instituciones y la sociedad donde vive no le da los recursos para que salga. Se insta a la denuncia cuando en la mayoría de los casos cae en saco roto. 
Una de las víctimas de este 2017 puso veinte denuncias a su agresor antes de que la matar. VEINTE. 
De nuestra mano está intervenir en estos aspectos, empoderar a esas mujeres como elemento clave y denunciar y esforzarnos por un buen funcionamiento en materia de Violencia de Género. 

No son ataques de locura precipitados por una decisión (que por otro lado la  víctima está en total legitimidad de tomar). Son síntomas de una sociedad enferma, que discrimina, viola y maltrata a la mitad de su población. Que humilla lo que no es normativo. Que sexualiza un canon inalcanzable y objetiviza cada vez más a una edad temprana. 

Duele la impunidad y la irresponsabilidad de las instituciones, que no ofrece los recursos necesarios para paliar estas agresiones. Duele la indiferencia de la sociedad, que normaliza día a día estas muertes, acallando y criminalizando las voces que se alzan para gritar contra esta injusticia. Duele la culpabilización que se dirige hacia las víctimas y que las tacha de irresponsables por seguir en una relación de maltrato o por haber sufrido una violación. Duelen los medios de comunicación: no nos morimos, nos matan. Duele el trabajo no reconocido. Duele ser el doble de precarias por el hecho de ser mujeres. No sólo duelen los golpes. 


Por todo ello, este 8 de marzo paramos. A nivel mundial. 
Para empoderarnos. Para tejer redes sororas que truenen y sean tambor de un cambio violeta en el que nos amemos desde el consenso, el compañerismo y la solidaridad. Paramos para el autocuidado y el cuidado comunitario. 




"Ha llegado la hora de invertir el lema feminista y proclamar que lo político es personal''
Marcela Lagarde


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