Manifiesto pro-ciencia, manifiesto contra el escepticismo.

Permeamos  la realidad del debate a su polarización. Ciencia sí, ciencia no. Y en ese intervalo olvidado, surgen los monstruos. Aún así, tenemos que tener un aspecto clave en mente:  la ciencia no necesitan que crean en ella.

Resulta tremendamente acertado decir que la ciencia no está libre de ideologías predominantes, aunque desde el más puramente movimiento "escéptico" (y dogmático) se intente negar en muchos aspectos, o bien librar "objetivamente" con datos que salen de la nada. Ya lo decía en la ponencia del Pechakucha, que se ha utilizado a lo largo de décadas para imponer y establecer la ideología hegemónica de cada época. La ciencia se ha utilizado y se sigue utilizando para perpetuar las discriminaciones, así como el aspecto lucrativo de grandes empresas y como instrumento para seguir favoreciendo un sistema socio-económico dominante. Ejemplo de ello son las grandes farmacéuticas, o la Asociación Americana de Psiquiatría quien obtiene anualmente beneficios de millones y millones de dolares por su manual de criterios diagnósticos en trastornos mentales. Manual que por otro lado, ha sido estructurado y difundido de cara a la ciencia en la que se intentan sostener: los criterios diagnósticos se han establecido en grupos de trabajo, no hay estudios epidemiológicos detrás, ni variabilidad interjueces. Hay, toda una industria detrás del DSM-5 sustentado a la ciencia, sin ciencia. Aquí el psiquiatra Allen Frances lo comenta:


Y de los psicofármacos ya hablaremos otro día. 

Con semejante panorama y con empresas lucrándose a costa de nuestra salud, no es de extrañar que una parte de la población rehuya en uno de los extremos de esta línea: las pseudoterapias. Vemos como la pseudociencia se está haciendo hueco popular en la ciudadanía: que si bioneuroemoción, que si flores de bach, que si homeopatía, que si constelaciones familiares, que si cristaloterapia, que si paso de vacunar al niño, etc. Un sin fin de soluciones vacías que pretenden cubrir necesidades y demandas que la ciencia no está respondiendo como debería: la persona. Seguimos polarizando el debate en pseudociencia sí y no, cuando son las mismas farmacéuticas las que están detrás en muchos casos. Y en absolutamente todos esos casos, nuestra salud está en juego. No podemos curarnos un cáncer con bioneuroemoción u homeopatía porque corremos el riesgo de morir. Tampoco podemos estar sujetas a benzodiacepinas durante meses y años (os juro que conozco casos) cronificando la enfermedad y añadiendo la adicción a estos psicofármacos. 

Sorpresa. En este punto, no hay extremos que valgan. Hay puro análisis multidisciplinar. Hay que luchar contra el intrusismo y la pseudoterapia, pero también contra esa mala ciencia que nos enferma, que nos juzga, que nos patologiza, que niega nuestra realidad social. Es nuestra responsabilidad, como profesionales de la salud y sociales, tomar esta postura. 

Es por eso por lo que este intento de manifiesto va en contra de ese escepticismo irascible y hostil, que se basa en datos sin tener en cuenta el contexto. Que apela a la evolución humana sin caer en la cuenta de que la evolución también se da en tanto que ambiente. Que no sólo somos cerebro y que parte de nuestro malestar en la situación en la que vivimos, es totalmente adaptativo y legítimo, lejos de ser patológico. De hecho, lo patológico es el sistema. 

Debemos tener la responsabilidad social de intervenir, tratar y divulgar con las circunstancias de las personas en mente. Debemos escuchar e implicarnos en los movimientos de usuarias y usuarios que demandan otra atención. Debemos defender a ultranza los servicios públicos, de calidad e integral. Investigar y aportar recursos, así como información veraz, crítica y adaptada a la población. 

La ciencia debe estar sujeta al beneficio y mejora de la ciudadanía, y el actual modelo imperante (en lo que respecta al ámbito de la salud) está viciado. 

El modelo biomédico ya no vale. Nos cronifica por completo. 

No, queridas compañeras de profesión. No se trata de escepticismo. Se trata de crítica. Y el conocimiento científico sin crítica, sólo irá en el beneficio de los de siempre. 

Y vacuna a tus hijos, coile. 

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